¡Hoy toca la reseña de Limbo de Ana C. Sánchez!
Pero antes de empezar con la reseña en sí, nos vamos a poner en modo mamis: Ana, ¿estás durmiendo bien? ¿estás comiendo bien? ¿te has cogido una rebequita? ¡Hay que descansar, eh! Decimos todo esto porque en este número la muchacha se ha marcado 38 páginas llenas de escenas de acción, fondos y personajes tan detallados como siempre.. ¿que es una fantasía? Sí. ¿Que nos preocupamos? También. A ver si aparece por nuestro directo y le preguntamos cuántas horas le ha llevado porque es una duda que necesito aclarar jajaja.
Bueno, como decía capítulo cargadito de todo. Liam siendo Liam y cayéndome ¿cada vez mejor? ¡¿Qué está pasando?! Es que no pillo bien a ese personaje, pero ahora creo que no me cae muy mal, que tampoco recuerdo por qué me caía mal... Madre mía, cómo se me va.
En fin, me encanta cómo Lieza y Aurora pasan de reventarse cada vez que se ven a hacer fiestas de pijamas y hablar de sentimientos. Por fin han entendido que se pueden llevar bien (pero que muy bien... que se besen ya). Por cierto, tremenda Ana y las intervenciones tan interesantes de los personajes, y es que si algo nos ha enseñado Limbo es que, aparte de tener personajes super molones y que pegan de lo lindo, los personajes aportan reflexiones increíbles sobre los sentimientos humanos, la empatía, la dificultad de los humanos por comprenderse a sí mismos... da que pensar, la verdad. Sin olvidarnos de que trata temas como la impotencia, la culpabilidad, el rencor, etc.
¡Que alguien ayude a esta mujeer!
También hemos descubierto el origen de los ángeles y es que hay un ángel supremo que decide si una vez muerto, cumples con los requisitos para convertirte en ángel. Eso quiere decir que en Limbo existe un dios. Y cuando me he enterado, me ha descolocado un poco, no me lo esperaba para nada, pero viendo lo que ha pasado hasta ahora y lo que ha empezado a suceder, cada vez veo más aspectos religiosos en Limbo (igual se me ha ido la olla ya del todo). Fijaos si no en que existen diferentes distorsiones y planos que los humanos no podemos ver, hay ángeles que representarían el bien, hay onirios que representarían el mal y tentarían a los humanos hasta el punto de poseerlos, está el dios que decide si eres digno de la resurrección como ángel y luego está Aurora que sería una especie de exorcista, mediohumana-medioalgoquetodavíanosabemos que libera las almas del mal, modo Jesuscrist. (Definitivamente se me ha ido la olla).
Un dios muy molón, sí señora
Por si no fuera complicado de por sí asimilar esta nueva perspectiva de Limbo que me he inventado, va Ana y pone a Aurora probablemente en el peor aprieto hasta ahora y se queda tan ancha. Pues muy bien... Veamos cómo se desarrolla pero no pinta muy bien, parece que Aurora (y nosotras, y Lieza por supuesto) va a sufrir un poquito.
Sara 👽
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