jueves, 4 de junio de 2020

Beastly Circus

WARNING WARNING
Esta reseña puede contener spoilers, por favor, leed primero el cómic y después la reseña (vamos, lo lógico y normal, pero quien avisa no es traidor...)

Vale, ¿lo habéis leído ya? Que empezamos, ¿eh?

Ahora sí que sí, ¿eh?

Que va... se viene...

3...

2...

1...


¡Damas y caballeros! ¡Niños y niñas! 


¡Bienvenidos al circo!

Cuántas veces hemos oído estas frases, ¿eh?... ¡Qué buenos recuerdos!, ¿verdad?

Pues para algunos, esos recuerdos "tan bonitos" pueden ser verdaderas pesadillas, y de eso trata la serie de dos capítulos "Beastly Circus" de Kaoru Okino, quien hace doblete en esta ocasión con su otra serie Good Game! junto a su compañera Blanca Mira y que sitúa la historia en el mismo universo que Joker.

La historia se centra en Kel, un adulto peculiar que se enfrentará a cualquier obstáculo con tal de liberar a los niños que están siendo explotados en el Beastly Circus. Es verdad que al principio le vemos en apuros, pero pronto demostrará que tiene todas las de ganar, especialmente tras conocer a una personita, todavía más peculiar que él si cabe, con una dulzura, una inocencia y sobretodo un poderío extraordinarios y que también estará dispuesta ayudar en esta noble causa.

Lo que me encanta de esta historia es que, a pesar de plantear un tema tan cruel e injusto, Kaoru consigue darle un toque desenfazado a través de los gags de los personajes, y así suavizarla de tal manera que se nos hace muy fácil de leer (y de reírnos con ella), sin perder la importancia que tiene. Y es que esta obra como muchas a las que nos tiene acostumbradas Kaoru, tienen esos tintes de humor exagerados por las expresiones faciales y reacciones de los personajes que hace que no podamos parar de reír.

A ésto me refiero

Y Zari... no me puede recordar más a Luffy de One Piece, o sea, su inocencia, su forma de actuar y sus salidas repentinas que traen de cabeza al resto de personajes...


Quiero adoptarla.

Poniéndonos serios de nuevo, me gustaría darle las gracias a Kaoru por traernos una historia que trate temas tan importantes y que generen debate, como es el circo. Y es que Beastly Circus nos recuerda a los Freak Show o espectáculos de fenómenos del siglo XVII donde se exponían como atracciones de feria a personas que padecían malformaciones, problemas metabólicos como el enanismo, gigantismo u obesidad y a personas de razas diferentes a las del público. Sin embargo, no hace falta irse al siglo XVII para presenciar crueldades de este tipo.

Pensemos en qué solemos ver en los circos actualmente: payasos, malabaristas, acróbatas... hasta aquí todo bien, supongo que es gente que tiene un contrato, unas condiciones laborales, un sueldo... (bueno, al menos es lo que quiero pensar...), pero qué pasa con los leones y demás animales que actúan en los circos. ¿También tienen contrato, un sueldo a fin de mes, la libertad de irse a casa una vez terminada la jornada? No. Viven en cuarentena permanente. Por no hablar de las crueldades que les hacen para que obedezcan en contra de su voluntad....

No creo que nadie actualmente no esté al tanto de las crueldades que se viven en los circos, así que no voy a incidir más en el tema. Lo que sí me gustaría mencionar es que cada vez más circos están implementando alternativas a las actividades que fomentan la crueldad animal, como por ejemplo, hacer trucos con animales hechos mediante proyecciones 3D, etc. ¡Y eso está genial! Porque la solución no es prohibir los circos, si no adaptarlos de manera que nadie sufra.

Como reflexión final, me gustaría citar una frase que leí hace tiempo pero no sé a quién sorry:

De pequeño, me encantaba el circo porque amaba a los animales. De mayor, odio el circo porque amo a los animales.

Sara 👽

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