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sábado, 18 de julio de 2020

ESPECIAL JAPÓN: KYOTO

Seguimos con nuestro Especial Japón. En esta ocasión conoceremos una de las ciudades más visitadas en Japón: Kyoto. Y no es de extrañar dada su belleza, su historia y todo lo que la ciudad aporta. Kyoto ofrece tantas atracciones que ver... y no solo atracciones sino experiencias que vivir como por ejemplo asistir a una ceremonia del té o pasear por las calles más tradicionales visitados de geisha o de samurai... En definitiva, descubrir por completo la ciudad nos llevaría meses, básicamente deberíamos vivir allí durante una temporada, y como lo que nosotras ofrecemos es una guía para aquellos que visitan Japón por primera vez, vamos a explicar las visitas imprescindibles para la primera vez y mencionaremos de pasada algunas otras.

¡En fin... comencemos!

Kyoto es una importante ciudad situada en la Región de Kansai. Forma junto a Osaka y Kobe la Región metropolitana de Keihanshin. "Kyoto" significa literalmente "ciudad capital" y es que entre los años 794 y 1868 así lo fue. Sin embargo, en 1868 el emperador Meiji decidió trasladar la capital a Tokyo.


Como venimos haciendo con las entradas anteriores, vamos a organizar los monumentos según su orientación en la ciudad. En este caso, no tenemos ninguna atracción imprescindible en la zona norte, así que pasamos directamente a la zona centro:

Pasar por el centro y no detenerse a ver el castillo Nijo es un delito. El castillo Nijo (literalmente "castillo de la calle dos") es una de las atracciones más impresionantes de Kyoto y un perfecto ejemplo de "castillo palacio" del periodo Edo. Fue construido en 1603 como residencia del shogun Tokugawa Ieyasu, pero en 1867 cuando se abolió el shogunato y Japón se abrió al exterior, el castillo se utilizó como palacio imperial y finalmente fue donado a la ciudad, por lo que actualmente se puede visitar.

Antiguamente el castillo contaba con dos palacios: el Ninomaru y el Honmaru, con sus respectivos jardines. Sin embargo, en el siglo XVIII el palacio Honmaru y el antiguo torreón se carbonizaron durante un incendio. Así que actualmente podemos ver el palacio Ninomaru (donde se encontraba la vivienda y las oficinas del shogun), al que accederemos a través de la puerta Karamon. El palacio Ninomaru es muy popular por sus salas con suelos de tatami y techos y puertas correderas, al más puro estilo tradicional. Otra de las principales atracciones del palacio es sus suelos de ruiseñor y es que tienen un sistema de alarma que cuando pisas por encima el propio suelo emite un ruido, avisando así de los visitantes no deseados.  

No podemos finalizar la visita sin pasear por los jardines estilo tradicional japonés. Dichos jardines rodean el palacio Ninomaru y la zona de Honmaru y cuentan con muchísimas especies de árboles diferentes por lo que cambian bastante dependiendo de la época en la que los visitamos.

El Castillo de Nijo, Kioto: Qué ver y Cómo llegar - Japan Rail Pass
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994

Al este de la ciudad, encontramos varias atracciones dignas de ver:

  • El barrio de Gion y su santuario Yasaka: Gion es el barrio de las geishas por excelencia. Aunque en realidad está formado por dos hanamachi (Gion Higashi, con 12 casas de té y Gion Kobu con unas 80). Si pasáis por esta zona, no os olvidéis de recorrer los dos hanamachi y el cauce del río Shirakawa para disfrutar de un paseo mágico lleno de casas de té, casa de geishas y tiendas tradicionales de todo tipo y para alucinar con la belleza de los coloridos kimonos de las geishas que, sin duda, nos transportarán a otra época. Por último, no podemos pasar a otra atracción sin comentar algo sobre el santuario Yasaka. Un santuario situado en Gion y el lugar predilecto de las maikos y geishas. Es uno de los más famosos de Kyoto y en él se celebran festividades muy importantes para la ciudad como el Setsubum en febrero o los actos del Gion Matsuri en julio.
Zona del santuario Yasaka
  • Pontocho: Es uno de los cinco hanamachi de Kyoto. Es una única callejuela peatonal de 600 metros de largo y 5 de ancho que bordea el río Kamo. Está repleta de casas del té, casas de geishas, tiendas tradicionales y restaurante cotizadísimos. Pontocho es la típica calle que cambia tanto si es de día o de noche que parece como si fuera dos calles completamente diferentes. Y es que mientras que durante el día podremos ver a maikos y geishas sin sus kimonos tradicionales y sin sus maquillajes espectaculares simplemente yendo a hacer compras o a clases o a hacer cualquier recado y a trabajadores dejando todo listo para el próximo servicio; por la noche es cuando empieza el show. Así que veremos una Pontocho abarrotada de gente disfrutando de la deliciosa comida de los restaurantes o tomando algo en los bares y si tenemos suerte, tal vez veamos a alguna geisha o alguna maiko trabajando.

  • Templo Kiyomizu-dera: "Kiyomizu-dera" significa literalmente "templo del agua pura"  y es un conjunto de templos y recintos budistas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994. Fue construido en el año 778 en las colinas del este de Kyoto, lugar donde se encuentra la cascada Otowa, de ahí que el templo sea el del agua pura. Sin embargo, debido a varios incendios sufrió daños considerables en varias ocasiones, por lo que los edificios actuales datan de los años 1631-1633. Desde Translation Time, os recomendamos encarecidamente ver este recinto, y os aconsejamos que si vais a verlo, le dediquéis varios días porque el recinto cuando con infinidad de templos, subtemplos, salones, santuarios, puertas, pagodas, estatuas, calles tradicionales como las cuestas Sannenzaka y Ninenzaka (una de las zonas históricas mejor preservadas de Kyoto) y muchas más construcciones.
Templo Kiyomizu-dera y cuesta Sannenzaka en Higashiyama
  • Santuario Heian Jinju: Es un santuario construido entre 1893 y 1895 para conmemorar el 1100º aniversario de la creación de la ciudad de Heian-Kyo, la antigua Kyoto. Este santuario está dedicado a dos emperadores que marcan el principio y el final de Kyoto como capital de Japón: el emperador Kammu (737-806) y el emperador Komei (1831-1867). Se podría considerar que el Heian jingu conmemora toda la historia de Kyoto como capital japonesa. Actualmente, no solo es uno de los atractivos turísticos más importantes de Kyoto, sino que también es un centro de gran importancia espiritual para los locales. Nada más acceder al santuario, nos quedaremos alucinados ya que pasaremos por debajo de su impresionante torii (Otorii), uno de los elementos más emblemáticos del santuario, con unos 24'2 metros de alto y con una distancia entre los dos pilares de 33'9 metros... nos dará tortícolis si nos quedamos mucho tiempo mirándolo. 
Me encanta que el torii está ahí... plantado en medio de toda la carretera
  • Los templos Eikando y Nanzenji: son un par de templos que se encuentran en las inmediaciones del Camino de la Filosofía. El templo Eikando pertenece a la escuela budista de la Tierra Pura y es famoso especialmente por sus jardines llenos de cerezos y por el color rojizo de sus árboles con la llegada del otoño. El templo Nanzenji es un complejo bastante más grande de la escuela Rinzai. Está compuesto por numerosas estructuras y distintos subtemplos. Es especialmente conocido por su increíble puerta San-mon y su peculiar acueducto de ladrillo rojo, además de por ser la sede principal de la escuela Nanzen-ji de budismo zen.
Definición gráfica de belleza
  • El Camino de la Filosofía: es una ruta de dos kilómetros de largo que acompaña al canal Shishigatani y que conecta el templo Eikando con el templo Ginkakuji. Se construyó en la época Meiji para alimentar la primera planta hidroeléctrica de Japón. Este paseo recibe este nombre en concreto por el filósofo y profesor de filosofía japonés Nishida Kitaro, quien solía meditar por esta zona de camino a la Universidad de Kyoto. Aunque a decir verdad, con lo turístico que se ha vuelto, dudo que actualmente alguien pudiera meditar por ahí. Eso sí, es sin duda un punto obligadísimo en nuestra visita a Kyoto, sobretodo cuando los cerezos están en flor.

  • Templo Ginkaku-ji: El final del Camino de la Filosofía nos conduce hasta el Templo Ginkaku-ji o Pabellón de Plata. Este templo fue construido en 1474 como retiro del shogun Asikaga Yoshimasa, quien intentó imitar a su abuelo, quien mandó construir un templo recubierto de oro (el Kikankuji). En esta ocasión, Asikaga Yoshimasa quiso construirlo de plata, sin embargo, por falta de recursos no pudo ser y está hecho de madera, aunque sí que mantiene el nombre que se le iba a dar originariamente a pesar de no ser de plata. El complejo cuenta con varios edificios aunque sin duda, lo que suele enamorar a los turistas son sus impresionantes jardines verdosos por el musgo y adornados con varios riachuelos que infunden una paz absoluta. A pesar de que el Ginkakuji no sea tan ostentoso como el Kinkakuji tiene algo especial que le ha hecho merecedor de ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No es tan ostentoso... ¡pero yo me quedaba a vivir allí de cabeza!

Si vamos hacia el sur de la ciudad, no podemos dejar de visitar el santuario Fushimi Inari. Es el principal santuario sintoísta dedicado al dios Inari, dios del arroz, el sake y la riqueza (nada mal, ¿eh?). Se encuentra en la base de la montaña "Inari" en el distrito Fishimi-ku. Este santuario es mundialmente conocido por varios motivos. El primero es por su peculiar aspecto y es que al extenderse por toda la montaña, el santuario cuenta con ciertos caminos que nos llevan a los puntos clave, y dichos caminos están hechos a base de 100.000 torii rojos colocados unos tras otros creando una sensación de pasadizo impresionante totalmente digno de ver. También es muy conocido entre los amantes de la naturaleza y el deporte porque es un paraje realmente bello donde hacer senderismo y disfrutar de las vistas (si vais, llevad calzado cómodo porque básicamente vais a subir y bajar un montaña llena de escalones). Y finalmente, es un lugar muy popular entre los turistas que han visto la película "Memorias de una Geisha", ya que el santuario Fushimi Inari forma parte de las localizaciones de la película y aunque solo se vea durante un pequeño momento de la película, bastó para que muchos apasionados de la cultura japonesa quisieran ver el lugar con sus propios ojos. Por cierto, como buenos fieles y en honor al dios Inari, hay un distrito del sake en Fushimi (¡cómo nos gusta lo que nos gusta!), donde encontraremos bodegas de sake, canales de agua, tiendas antiguas y edificios tradicionales de madera y yeso.

¿No os imagináis a la pequeña Chyo corriendo por el pasadizo de torii al ver esta imagen?

Seguimos la visita, en la zona oeste de la ciudad vamos a encontrar los templos Kinkaku-ji y Ryoan-ji y el distrito de Arashiyama:

  • Templo Kinkaku-ji: Es uno de los templos más famosos de Kyoto. Es un templo zen conocido por tener sus paredes exteriores recubiertas con pan de oro. Fue construido en 1397 como lugar de retiro del shogun Ashikaga Yoshimitsu y años más tarde pasó a ser un templo zen de la escuela Rinzai, aunque actualmente es el lugar donde se albergan las reliquias de Buda. Lo particular de este complejo no es solo el templo en sí, sino también distintos elementos de su entorno que le dan una apariencia mágica, como por ejemplo el lago que le rodea, que hace un efecto espejo perfecto retratado millones de veces en objetos de decoración, el conocido Espejo de agua (Kyoko-chi). También sus jardines son dignos de ver, ya que combinan la serenidad y tranquilidad del imponente edificio y su lago en calma con pequeñitas islitas, pinos japoneses y ríos en movimiento dignos del espíritu budista japonés. Por todo esto y mucho más, el templo fue considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994 y el nieto de Ashikaga Yoshimitsu se quiso inspirar en este templo a la hora de construir el Pabellón de Plata.
¡Qué narices! ¡También me iría a vivir aquí!
  • Templo Ryoan-ji: Situado muy cerca del Kinkaku-ji, este templo fue construido durante el periodo Heian como residencia aristocrática y en 1450 pasó a ser un templo budista zen de la escuela Rinzai. Es principalmente popular por su jardín seco, compuesto por 15 rocas situadas sobre círculos de muslo rodeados de arena rastrillada. A día de hoy, no se sabe quién lo construyó ni por qué motivo, puesto que aquel que lo hizo no dejó ninguna explicación. Muchos expertos han teorizado sobre el diseño de este lugar. Algunos piensan que las rocas forman la figura de un tigre que cruza un estanque, otros que es un árbol escondido entre las rocas. Lo que sí está claro es que este lugar transmite paz y tranquilidad, así que os recomendamos ir a ver esta maravilla de la arquitectura que en 1994 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Templo Ryoan-ji y su jardín seco
  • Arashiyama: Este distrito tiene mucho que ofrecer, sin embargo, vamos a comentar de pasada qué ver si viajamos a este zona. Lo primero y muy importante es pasear por el bosque de bambú: una zona completamente verde que transmite paz y tranquilidad (dependiendo si hay mucha gente, claro) y donde con suerte veremos algunas geishas paseando. Tampoco os podéis perder el puente Togetsukyo, cuya traducción literal sería "el puente que cruza la luna", que ofrece unas vistas de 360 grados de toda Arashiyama y que debido a su entorno plagado de árboles y montañas adquiere un aire espectacular. Y ya que estamos en el puente Togetsukyo no nos cuesta nada cruzar a la otra orilla y visitar el parque de los monos de Iwatayama, donde como su nombre indica veremos monos en libertad en un paraje especial para ellos en plena ciudad de Arashiyama. He de decir que me sorprendió gratamente este parque por el simple hecho de que si quieres ver los monos de cerca, hay una especie de jaula/refugio en la que los turistas se meten y ven los monos desde dentro y esto me llamó la atención, ya que en cualquier otro sitio serían los monos a los que encerrarían en las jaulas y no a los humanos. Así que puesto que es su casa y no la nuestra, me parece estupendo que sea así. ¿No somos nosotros lo que queremos ver a los monos en su habitat natural? ¡Pues a la jaula para no molestarles! 

¡A esa jaula me refiero!

Como habréis podido observar si habéis llegado hasta aquí (muchas gracias, by the way), Kyoto tiene infinidad de lugares maravillosos y como no queremos enrollarnos más de lo que nos hemos enrollado ya, os dejamos una cuadrícula con las fotos y los nombres de otras atracciones dignas de ver que se nos han quedado en el tintero, ordenadas por zonas, como hemos ido haciendo hasta ahora:

Al norte de Kyoto y ordenados de arriba a abajo y de izquierda a derecha encontramos: el paseo entre Kibune y Kurama; el onsen de Kurama; el templo Sanzen-in en Ohara y el templo Jakko-in en Ohara.



En el centro de Kyoto y ordenados de arriba a abajo y de izquierda a derecha encontramos: el Palacio Imperial; una ceremonia del té en la escuela Uransenke; la calle Sanjo; la Torre de Kyoto; el templo Higashi Hongan-ji; el templo Nishi Hongan-ji y el santuario Kitano Tenmangu.

Al este de Kyoto y ordenados de arriba a abajo y de izquierda a derecha encontramos: el Cementerio Higashiyama; el templo budista Sanjusangendo y sus mil estatuas; el parque Maruyama; el templo Chion-in; la calle Hanamikoji; el teatro Gion Corner; Miyagawacho; las calles centrales de Shijo y Kawaramachi y la cuesta Keage.



Al oeste de Kyoto y ordenados de arriba a abajo y de izquierda a derecha encontramos: el túnel de cerezos; el templo Daitokuji; el templo Ninna-ji y el bosque de los kimonos de Arashiyama. 



Finalmente, al sur de Kyoto y ordenados de arriba a abajo y de izquierda a derecha encontramos: el templo Toji y el distrito del sake de Fushimi.



Bueno, ahora sí que nos despedimos de esta maravillosa ciudad después de habérnosla pateado de arriba a abajo... Esperamos que os haya gustado la entrada y nos vemos en la siguiente.

Stay tuned! またらいしゅう (mata raishuu = hasta la semana que viene)