La última historia corta se trata de un cómic mudo, es decir, que no tiene diálogo. El diseño es súper japonés y está hecho de forma muy bonita. Especialmente cuando nos adentramos en ese mundo mágico guiado por las notas, donde los elementos fantásticos se solapan de manera muy armónica, sin que llegue a ser pesado. Y es que me parece un movimiento muy interesante que el tema principal de este cómic mudo sea precisamente la música.
Declaro mi amor a este señor tan cuqui con orejas de gatete |
En apenas unas viñetas se nos presenta un principio estable para la historia que empieza a levantar sus alas en el momento en el que el piano suena. Porque a pesar de no emitir ningún sonido identificable, a través del dibujo se consigue transmitir una música alegre que te invita a sonreír. Es como si a través de las imágenes nos viéramos inmersos en una de esas cancioncillas de navidad, con cascabeles incluidos. Apenas son siete páginas completas hasta los topes de magia adorable con un final muy tierno.
Creo que es muy importante en contraposición con otras historias del tomo saber qué se quiere transmitir y los medios que se tiene para ello. Heart Piece es un ejemplo estupendo de cómo en unas pocas páginas se puede dar a entender un mensaje sin ningún problema. No se necesitan páginas y páginas de acciones sin sentido, si se estructura bien la historia y se sabe cómo seguir un buen ritmo que fluya sin que quede estancado. En este caso, a través de la música, Numoris crea un río de fantasía que fluye sin problemas durante todo el capítulo.
Pili 🌙
Pili 🌙