Volvemos con la última parte de la historia corta de Judit Mallol: Kioka... más o menos. En el último capítulo vimos como Kioka ha sido arrastrada a un mundo fantástico por Masashi, un kitsune que quiere liberar a su amada Kazue de las garras de los demonios.
Pero no es oro todo lo que reluce porque todos saben que no te puedes fiar de un kitsune, aunque sea muy guapo el jodio (maldito y sensual Masashi). Nos ha encantado esa viñeta central con los pequeños picos de recuerdos para encadenar la narración, aunque jamás le perdonaremos haber hecho llorar a Kioka a mi niña no, ¿eh? a mi niña no. Pero para guapa y divina el diseño de Kazue porque estoy completamente obsesionada con esa serie de viñetas. Incluso los pequeños detalles que luego se mantienen en su forma de zorro.
Sin duda una de las cosas que más me han divertido de este relato es Kioka y sus reacciones, porque es que son totalmente maravillosas y me representan al dedillo. Porque seamos sinceros, si a nosotros nos meten en un mundo detrás del espejo también estaríamos flipando en colores como ella. A pesar de ser una segunda parte, el final nos muestra una pequeña pista que indica que quizás pueda haber más. Desde luego a nosotras nos encantaría ver al dúo de Kioka y Kazue porque creemos que de esa amistad pueden salir momentos muy maravillosos (Oh, the possibilities, podría escribir treinta fanfictions con eso solo)
Me da a mí que esto no es el final... |
Pili 🌙
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